Dicho
esto; la parroquia empieza a ver como su población va aumentando de manera
considerable y, obviamente con ello, el número de defunciones. Además en el
transcurso de este tiempo se empezará a señalar la causa de la muerte en las
partidas. Por ello, el cuadro y el estudio en sí, será diferente al de la
primera parte de esta entrada.
Empieza esta tanda Antonio Pérez el 21 de febrero de 1800. Natural de Bergantiños, tripulaba una embarcación propiedad de Santiago Barreiro, cuando un golpe de mar lo arrojó al mar, siendo encontrado ya muerto en la tarde del mismo día.
Dos años después de tregua hasta que el fallecimiento repentino de Juan Antonio Álvarez cuando estaba trabajando en su barco de pesca el 19 de mayo de 1802.
En
diciembre de 1805 se hace el entierro de Domingo
Cabrera, Francisco Rodríguez y Juan Joseph Hilario de Santos, los tres
fallecidos a bordo del navío “Santa
Trinidad” en el combate del veintiuno de octubre de ese mismo año entre los
barcos españoles y franceses contra los ingleses.
En
1812 se refleja el entierro del tonsurado Santiago
Rodal, capellanista. Fallece en el monasterio de los monjes benedictinos de
San Julián de Samos habiendo servido como alférez en la guerra.
En
julio de 1813 fallecen al volcar la barca desde la que trabajaban la pesca de
sardina Alberto Portela, Josef Ignacio Corral, Manuel Álvarez y Manuel Graña.
Poco
después, en otro naufragio de otro barco dedicado a la pesca de la sardina, en
el mes de noviembre de 1816 fallecen Josef
Ignacio Rodríguez y Manuel Ferral en
aguas de San Andrés de Hio.
En
los siguientes años, destacar dos: 1820,
con la tasa porcentual de párvulos fallecidos, un 73.85% o lo que es lo mismo,
96 de las 130 muertes serían de párvulos, además de la sucesión más amplia de
fallecidos de párvulos, treinta y cuatro (34) durante el mes de septiembre; y 1826, año en el que se registra el
mayor número de fallecidos totales hasta la fecha (164) y también el mayor
número de párvulos (117), aunque con menor porcentaje anual que en el año
pasado de 1820. Estos datos permanecerán hasta el año de la epidemia del
cólera, en el que obviamente, son superados.
El
30 de junio de 1829 fallece Manuel
Vilela Zabala, ahogado en su vómito de sangre.
En
el libro con inicio en 1838 aparecen las primeras partidas que especifican la
causa de defunción más allá de las señaladas hasta entonces, (en Indias,
Servicio a S. M, ahogamientos o accidentes esporádicos, en los que hay que
interpretar los que en sí son accidentes y los que “accidente repentino”,
refiriéndose a muertes repentinas). En estos últimos, sólo se trata como
accidente los que tengan una posibilidad alta —
subjetiva, obviamente — de serlo.
La
primera corresponde a un párvulo que muere de lombrices en febrero y aunque
posteriormente se siguen señalando algunas, luego se cesa en escribir las
causas; algo que se retomará, salvo despiste del escribiente a mediados del año
siguiente, a partir de la partida de Clotilde,
otra párvula fallecida el 18 de mayo de 1839 de calentura.
A
partir de aquí se señalarán algunas que sobresalgan por curiosas. La primera de
ellas, la de Francisco Rodal, el 13
de mayo del mismo año, de quien se escribe que fallece enfermo de depósito de
frialdad.
En
septiembre de 1851 fallece por las heridas tras un incendio Alejandra Díaz.
En
1851 aparecen registrados siete ahogamientos. Cinco de los cuales en un mismo
suceso entre Toralla y las Islas Cíes fechado en la noche del ocho de octubre
en el que fallecen Enrique y Manuel
Refojos, hermanos, juntos con José
Manuel Soto, Manuel Fandiño y Manuel Benito Núñez.
En
diciembre de 1853 se anota el funeral de Evaristo
Rodal del que se dice que fallece el año anterior navegando por África sin
más detalles.
El
año 1854 es el de la epidemia del cólera morbo y de entre las 224 muertes que
se producen en el año, destacar la de Manuel
Pérez Bernárdez que fallece al caerle una piedra del balcón de su propia
casa el 8 de agosto.
El
29 de agosto del año siguiente fallece Balthasar
Figueroa por no haberse atendido a tiempo de las heridas en un brazo
llagado.
En
1856 destacar tres fallecimientos. Andrés
Lagoa que se ahoga tras hundirse el vapor Miño en el Estrecho de Gibraltar
el 31 de mayo y los de Asunción Budiño,
de 30 años el día 27 de junio y su hijo Ramón
Rodríguez de 8 días el 6 de julio.
El
18 de diciembre de 1860 fallecen tres gemelos al poco de nacer por debilidad.
Dos niñas y un niño, hijos de Roque Freire y Dolores Meira.
El
3 de marzo de 1863 se anota el fallecimiento de tres hombres sin identificar de
los que se anota la sospecha de que fueran parte de un naufragio en aguas de
Toralla.
El
8 de febrero de 1865 se recoge la partida de defunción de un hombre hallado en
la playa, sin más datos, sin identificar ni señalar si la causa de la muerte es
violenta o ahogamiento.
El
8 de julio de 1866 estando embarazada fallece Rosario Martínez por un golpe. Aunque… esta mujer “vuelve a
fallecer” el ocho de agosto de 1869 también de manera desgraciada herida de una
piedra. (Anotada sólo en la primera fecha, partidas en Curiosos)
En
octubre de 1872 se recoge la aparición de los cuerpos de tres náufragos en la
ría y en el año siguiente el fallecimiento de José Acuña, párvulo de dos años que se cayó al mar el 25 de julio.
Ese mismo año, se recoge también la partida de Ramón Martínez que fallece el 14 de agosto al caer desde una casa.
En
1878 fallece Genara Fandiño ahogada
en las peñas de Rodeira y un año después, Ángel
Rodríguez, Francisco Bastos y Manuel Núñez ahogados en la Isla de Ons.
Leamdro Iglesias fallece ahogado el 26 de junio de
1882 en Rodeira, apareciendo nueve días después en la playa de Meira.
Ese
mismo año muere el 22 de agosto Manuel
Bernárdez Montes regresando desde Porriño en coche, enfermo de las aguas de
Móndariz.
En
1884 se ahogan dos hombres en accidentes diferentes; Gaspar Francisco Portela el 8 de febrero en un falucho de pesca en
Vigo, apareciendo después en Sobrido; el segundo, Ramón Soliño el 9 de octubre al volver desde Vigo.
El
25 de noviembre de 1887 aparece un cadáver de hombre en la arena junto a las
piedras de Rodeira, sin especificar identidad, procedencia ni si se trata de un
ahogado o de una muerte violenta.
El
2 de diciembre de 1888 fallece Joseph
Ignacio González del Campo, capitán de infantería retirado y Caballero de
la Real Orden Militar de San Hermenegildo.
El
14 de noviembre de 1890 fallece Francisco
Lemos al caer en el muelle. Poco después, el 1 de diciembre lo hace Constante Portela de congelación.
Este
año de 1890 es el primero en el que se hace una pequeña anotación resumen de
los fallecidos divididos en varones y mujeres y en párvulos y adultos. También
señalar que tal resumen no se repite muchos años.
En
1902 fallecen dos personas; una sin identificar al que encuentran ahogado y
otra, José María Abuín Otero en la
explosión de la cañonera Cóndor ocurrido el 24 de enero del mismo año.
El
6 de julio del mismo año fallece Juan
González al ser alcanzado por un rayo cuando estaba a bordo de una lancha.
El
20 de junio de 1904 aparece muerte en la Choupana Josefa Ríal, vecina de Cangas aunque nacida en Cambados.
El
8 de julio de 1905 fallece José Rial
Sotelo alcanzado por un rayo.
El
23 de junio de 1907 muere José Ramón
Eiroa Freire violentamente. Se señala que es él mimo el causante.
El
9 de abril de 1909 fallece Manuel Nores
Graña, pescador de un derrame cerebral en la playa. Es encontrado de
madrugada en la misma playa, lo que parece indicar que el accidente lo sufre
mientras trabajaba.
El
9 de agosto del mismo año aparece en la playa de Limens el cuerpo de Antonio Graña, ahogado en Vigo en
Julio.
El
último en señalar en esta sucesión es Francisco Martínez Refojos que fallece el 6 de
septiembre de 1913 a consecuencia de una puñalada sin añadir más detalles.